Las Bohemian Pilsener tienden a mantener una tonalidad dorada más profunda que su contraparte Germana o Americana. Estas son un poco más dulces, a veces con un gran cuerpo, casi un maltoso cremoso, debido a la malta de modificación media “de lata dextrina” utilizada.
El clásico lúpulo checo Saaz adorna con su aroma frutal que virtualmente salta de la copa, atrayendo la atención del olfato. Esta cerveza si bien es de alto deleite, mantiene su ancestral carácter refrescante.
Por esto nos permite deleitarnos de toda una historia que se remonta al origen del estilo más famoso, transportándonos a los Biergardens Bohemios donde se disfruta de la experiencia fascinante de una buena cerveza.
Para disfrutar de esta cerveza, lo mejor es servirla en una copa tipo “Small Tullip” en la cual se enaltece su aroma fruto floral, producida por la levadura de baja fermentación y el lúpulo noble Saaz.
La temperatura óptima de consumo varía entre 4, 5 y 7°C, pero a una temperatura mayor a 12 °C podemos descubrir otra experiencia cuando el maltoso sobresale del lúpulo.
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Carlos